Paseo con jardines. El cielo raso y remoto. La luna lunera. Patrullas de caballería. Silencioso y luminoso, rueda un auto. En la sombra clandestina de los ramajes, merodean mozuelas pingonas y viejas pintadas como caretas. Repartidos por las sillas del paseo, yacen algunos bultos durmientes. MAX ESTRELLA y DON LATINO caminan bajo las sombras del paseo. El perfume primaveral de las lilas embalsama la humedad de la noche.
UNA VIEJA PINTADA
¡Morenos! ¡Chis!… ¡Morenos! ¿Queréis venir un ratito?
DON LATINO
Cuando te pongas los dientes.
LA VIEJA PINTADA
¡No me dejáis siquiera un pitillo!
DON LATINO
Te daré La Corres, para que te ilustres; publica una carta de Maura.
LA VIEJA PINTADA
Que le den morcilla.
DON LATINO
Se le prohíbe el rito judaico.
LA VIEJA PINTADA
¡Mira el camelista! Esperaros, que llamo a una amiguita. ¡Lunares! ¡Lunares!
Surge LA LUNARES, una mozuela pingona, medias blancas, delantal, toquilla y alpargatas. Con risa desvergonzada se detiene en la sombra del jardinillo.
LA LUNARES
¡Ay, qué pollos más elegantes! Vosotros me sacáis esta noche de la calle.
LA VIEJA PINTADA
Nos ponen piso.
LA LUNARES
Dejadme una perra, y me completáis una peseta para la cama.
LA VIEJA PINTADA
¡Roñas, siquiera un pitillo!
MAX
Toma un habano.
LA VIEJA PINTADA
¡Guasíbilis!
LA LUNARES
Apáñalo, panoli.
LA VIEJA PINTADA
¡Sí que lo apaño! ¡Y es de sortija!
LA LUNARES
Ya me permitirás alguna chupada.
LA VIEJA PINTADA
Éste me lo guardo.
LA LUNARES
Para el Rey de Portugal.
LA VIEJA PINTADA
¡Infeliz! ¡Para el de la Higiene!
LA LUNARES
¿Y vosotros, astrónomos, no hacéis una calaverada?
Las dos prójimas han evolucionado sutiles y clandestinas, bajo las sombras del paseo: LA VIEJA PINTADA está a la vera de DON LATINO DE HISPALIS. LA LUNARES, a la vera de MALA ESTRELLA.
LA LUNARES
¡Mira qué limpios llevo los bajos!
MAX
Soy ciego.
LA LUNARES
¡Algo verás!
MAX
¡Nada!
LA LUNARES
Tócame. Estoy muy dura.
MAX
¡Un mármol!
La mozuela, con una risa procaz, toma la mano del poeta, y la hace tantear sobre sus hombros, y la oprime sobre los senos. La vieja sórdida, bajo la máscara de albayalde, descubre las encías sin dientes, y tienta capciosa a DON LATINO.
LA VIEJA PINTADA
Hermoso, vente conmigo, que ya tu compañero se entiende con la Lunares. No te receles. ¡Ven! Si se acerca algún guindilla, lo apartamos con el puro habanero.
Se lo lleva sonriendo, blanca y fantasmal. Cuchicheos. Se pierden entre los árboles del jardín. Parodia grotesca del Jardín de Armida. MALA ESTRELLA y la otra prójima quedan aislados sobre la orilla del paseo.
LA LUNARES
Pálpame el pecho… No tengas reparo… ¡Tú eres un poeta!
MAX
¿En qué lo has conocido?
LA LUNARES
En la peluca de Nazareno. ¿Me engaño?
MAX
No te engañas.
LA LUNARES
Si cuadrase que yo te pusiese al tanto de mi vida, sacabas una historia de las primeras. Responde: ¿Cómo me encuentras?
MAX
¡Una ninfa!
LA LUNARES
¡Tienes el hablar muy dilustrado! Tu acompañante ya se concertó con la Cotillona. Ven. Entrégame la mano. Vamos a situarnos en un lugar más oscuro. Verás cómo te cachondeo.
MAX
Llévame a un banco para esperar a ese cerdo hispalense.
LA LUNARES
No chanelo.
MAX
Hispalis es Sevilla.
LA LUNARES
Lo será en cañí. Yo soy chamberilera.
MAX
¿Cuántos años tienes?
LA LUNARES
Pues no sé los que tengo.
MAX
¿Y es siempre aquí tu parada nocturna?
LA LUNARES
Las más de las veces.
MAX
¡Te ganas honradamente la vida!
LA LUNARES
Tú no sabes con cuántos trabajos. Yo miro mucho lo que hago. La Cotillona me habló para llevarme a una casa. ¡Una casa de mucho postín! No quise ir… Acostarme no me acuesto… Yo guardo el pan de higos para el gachó que me sepa camelar. ¿Por qué no lo pretendes?
MAX
Me falta tiempo.
LA LUNARES
Inténtalo para ver lo que sacas. Te advierto que me estás gustando.
MAX
Te advierto que soy un poeta sin dinero.
LA LUNARES
Serías tú, por un casual, el que sacó las coplas de Joselito?
MAX
¡Ése soy!
LA LUNARES
¿De verdad?
MAX
De verdad.
LA LUNARES
Dilas.
MAX
No las recuerdo.
LA LUNARES
Porque no las sacaste de tu sombrerera. Sin mentira, ¿cuáles son las tuyas?
MAX
Las del Espartero.
LA LUNARES
¿Y las recuerdas?
MAX
Y las canto como un flamenco.
LA LUNARES
¡Que no eres capaz!
MAX
¡Tuviera yo una guitarra!
LA LUNARES
¿La entiendes?
MAX
Para algo soy ciego.
LA LUNARES
¡Me estás gustando!
MAX
No tengo dinero.
LA LUNARES
Con pagar la cama concluyes. Si quedas contento y quieres convidarme a un café con churros, tampoco me niego.
MÁXIMO ESTRELLA, con tacto de ciego, le pasa la mano por el óvalo del rostro, la garganta y los hombros. La pindonga ríe con dejo sensual de cosquillas. Quítase del moño un peinecillo gitano, y con él peinando los tufos, redobla la risa y se desmadeja.
LA LUNARES
¿Quieres saber cómo soy? ¡Soy muy negra y muy fea!
MAX
No lo pareces! Debes tener quince años.
LA LUNARES
Esos mismos tendré. Ya pasa de tres que me visita el nuncio. No lo pienses más y vamos. Aquí cerca hay una casa muy decente.
MAX
¿Y cumplirás tu palabra?
LA LUNARES
¿Cuála? ¿Dejar que te comas el pan de higos? ¡No me pareces bastante flamenco! ¡Qué mano tienes! No me palpes más la cara. Pálpame el cuerpo.
MAX
¿Eres pelinegra?
LA LUNARES
¡Lo soy!
MAX
Hueles a nardos.
LA LUNARES
Porque los he vendido.
MAX
¿Cómo tienes los ojos?
LA LUNARES
¿No lo adivinas?
MAX
¿Verdes?
LA LUNARES
Como la Pastora Imperio. Toda yo parezco una gitana.
De la oscuridad surge la brasa de un cigarro y la tos asmática de DON LATINO. Remotamente, sobre el asfalto sonoro, se acompasa el trote de una patrulla de Caballería. Los focos de un auto. El farol de un sereno. El quicio de una verja. Una sombra clandestina. El rostro de albayalde de otra vieja peripatética. Diferentes sombras.