Tercera ampliación (siglo XVI)

RECINTO ACTUAL (1860)

Recorridos ya los tres primeros circuitos de la villa de Madrid, desde su primitivo origen hasta el establecimiento de la Corte en ella, cúmplenos dedicar hoy nuestros paseos a la parte nueva, o sea la que resultó de la tercera y muy superior ampliación, ocasionada de aquel importantísimo acontecimiento a mediados del siglo XVI. Por resultado de este considerable ensanche, realizado en todas direcciones (a excepción únicamente de la banda occidental), quedaron como centrales los arrabales y límites de la antigua villa, desapareciendo las tapias que habían sucedido a la fortísima muralla morisca, y con ellas también los portillos o entradas de Moros, de La Latina, de Antón Martín, del Sol, de San Martín y de Santo Domingo. Las nuevas puertas de Segovia, de Toledo, de Embajadores, de Lavapiés (después de Valencia), de Atocha, de Alcalá, de Recoletos, de Santa Bárbara, de los Pozos de la Nieve, de Maravillas, de Fuencarral, de San Joaquín y de San Vicente reemplazaron a aquéllas al extremo de las anchas y espaciosas calles que se extendieron en forma de estrella, cuyo centro vino a resultar la Puerta del Sol.

Estos nuevos y extendidos barrios (hoy los más importantes de la villa) tardaron, sin embargo, en rellenarse de caserío durante todo el siglo XVI y parte del XVII, hasta que en éste quedó limitado su desarrollo por la malhadada cerca mandada construir por Felipe IV, según expresamos ya en la Introducción; desde entonces hasta estos últimos tiempos el perímetro de Madrid ha permanecido, con ligeras alteraciones, dentro de los límites que entonces de Real orden se le trazaron.

Vamos, pues, a emprender nuestros paseos en este último recinto; y si bien en ellos carecerán estos recuerdos del atractivo que su antigüedad pudo prestar a los anteriores, todavía pensamos que hallarán simpatía en el ánimo del lector, ya por la importancia material de los sucesos que hemos de consignar, ya también por la especial fisonomía y antecedentes de estos barrios, más de acuerdo con nuestras costumbres modernas y más conocidos también.

Para seguir en esta parte de nuestros paseos el mismo orden que establecimos de la circunferencia al centro, dividiremos este ancho círculo del nuevo recinto en tres grandes trozos, en que comprendamos todo lo ampliado desde los límites de la antigua villa hasta los actuales, cuyos tres trozos, siguiendo en parte la nomenclatura oficial, llamaremos cuartel bajo, central y alto; y limitados por las grandes líneas de las calles de Atocha, San Jerónimo y Alcalá, Hortaleza y Fuencarral y Ancha de Sari Bernardo, les subdividiremos en los parciales que convengan después a la mejor inteligencia, apellidándolos, no precisamente con los nombres oficiales de sus distritos, ni contenidos tampoco dentro de los límites municipales, Bino con arreglo a la acepción vulgar y a la división mareada eme establecen entre ellos las grandes líneas ya dichas que los separan. De este modo, en el cuartel bajo llamaremos las Vistillas a todo el trozo comprendido entre la calle de Segovia y la de Toledo: el Rastro y la Inclusa, entre esta calle y la de Valencia al barranco de Embajadores: Lavapiés, entre ella y la de Atocha, y Hospital y las Huertas, desde aquella calle a la del Prado. Llamaremos del Centro el comprendido entre el Prado y la Puerta del Sol; consagraremos capítulos especiales a ésta, al Prado y Retiro, y dando la vuelta por el cuartel alto, dedicaremos los últimos paseos a Recoletos y el Barquillo, otro a la línea del Norte de la Puerta del Sol al Hospicio; otro al de Desengaño y Maravillas hasta la calle Ancha de San Bernardo, y el último de Afligidos y Leganitos, hasta la subida de San Vicente y el Palacio Real, donde principió y terminó siempre la villa de Madrid.

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El antiguo Madrid, 1861 by Ramón de Mesonero Romanos is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License, except where otherwise noted.

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