Guía de Nápoles

Castillo Maschio Angioino

Historia

¡El Maschio Angioino es uno de los lugares más simbólicos de Nápoles!

Maschio Angioino, Fuerte Sant’Elmo, Castel dell’Ovo, Castel Capuano… ¿te habías dado cuenta? A pesar de su imagen festiva y alegre, Nápoles es una de las ciudades más fortificadas de Italia. Cuatro grandiosos castillos en pleno centro de la ciudad, distribuidos uno en defensa de las murallas, uno sobre la colina y dos para proteger el puerto. A las fortificaciones urbanas se añade el sistema defensivo exterior, desarrollado sobre todo en época aragonesa, con fortalezas en las islas del archipiélago y la extensa serie de fortificaciones costeras, empezando por la indispensable fortaleza de Gaeta.

Mandado construir a finales del siglo XIII por el rey Carlos I de Anjou, este precioso castillo que se adentra en el puerto se denominó Castel Nuovo para distinguirlo de las fortificaciones anteriores.

Hoy te costará reconocer las huellas de su arquitectura gótica original, que tenía la forma de un cuadrilátero irregular, con cuatro torres de defensa y altos muros con almenas con estrechas aberturas; de la época del siglo XIII sólo queda la estructura básica, con un profundo foso que la rodea por completo y una amplia portada de acceso con puente levadizo.

Observa la base acanalada de las torres cilíndricas: una magnífica idea, que combina un bello efecto decorativo con la función práctica para desviar las balas de cañón.

De la misma época data también la Capilla Palatina, que fue modificada varias veces a causa de incendios y derrumbes.

En 1442, Nápoles fue conquistada por Alfonso I de Aragón, convirtiéndola en uno de los principales centros artísticos y estratégicos del Mediterráneo. Incansable promotor de empresas ambiciosas, Alfonso hizo transformar el castillo en una moderna residencia real, fortaleza segura y al mismo tiempo suntuoso palacio. A los artesanos provenzales, franceses, lombardos y florentinos se añadieron artistas catalano-aragoneses.

CURIOSIDAD: bajo la Capilla Palatina hay unos subterráneos que servían de prisión. Sin embargo, algunos detenidos desaparecían y no se sabía por qué. Más tarde se descubrió que un cocodrilo entraba por una abertura del sótano y arrastraba fuera del castillo a los desafortunados. Este hecho simplificó en gran medida las penas de muerte, especialmente cuando no se quería que la cuestión supusiera un escándalo.

Visita

¿Ves esas tres torres cilíndricas con almenas? Corresponden a la entrada de tierra del Castillo, es decir, el frente que da a los jardines de la plaza del Municipio. La del medio se añadió más tarde, en el ámbito de los trabajos iniciados por Alfonso de Aragón. Cuando el soberano estaba presente en el castillo, se izaba la bandera en el asta de la poderosa torre del Beverello, en la parte posterior, en dirección al puerto.

Pero ahora te hablaré del Arco de triunfo que puedes ver enmarcado entre la Torre di Mezzo y la de la derecha, llamada Torre di Guardia. Este arco no es sólo la entrada de la reformada residencia real, sino además el elemento arquitectónico y escultórico más importante del castillo, y una de las principales obras maestras del siglo XV en Nápoles.

Como puedes observar, se inspira en el modelo de los arcos de triunfo de los emperadores romanos, pero tiene una particularidad: a su construcción contribuyeron todos los arquitectos y escultores presentes en la corte de Alfonso de Aragón. ¿Ves las dos arcadas superpuestas? Céntrate especialmente en el friso que está entre una y otra, ya que es el punto focal de toda la composición: representa el cortejo real que acompañó la entrada del rey Alfonso en Nápoles, inspirado en una procesión triunfal de la antigua Roma.

Pasado el arco, entras en el sobrio patio del castillo, en el que puedes ver los signos de decadencia posteriores a la caída del reino aragonés. En las salas que han sobrevivido, ahora perfectamente restauradas, podrás visitar el Museo Civico.

Al patio se asoma la Capilla Palatina, que conserva en parte la estructura original, y donde puedes ver fragmentos de frescos de principios del siglo XIV, pero sobre todo su espléndida arquitectura interna, con la extraordinaria bóveda de estrella que corona la sala del Consejo o de los Barones.

CURIOSIDAD: la sala de los Barones está vinculada a un famoso episodio histórico. En 1486 un grupo de nobles napolitanos, los llamados «barones», estaban organizando una conjura contra el rey Fernando I de Aragón. El soberano invitó a todos los nobles al castillo para una fiesta de reconciliación. Cuando estuvieron todos reunidos en la sala, los hizo arrestar y ajustició a algunos por traición.

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