Guía de Nápoles

Museo arqueológico

Visita al Museo Arqueológico Nacional, uno de los más bellos de Italia.

El gran palacio del siglo XVI en el que te encuentras para visitar el Museo Arqueológico era originalmente la sede de una universidad. Pero ya en la segunda mitad del XVIII el rey Fernando IV de Borbón lo acondicionó como museo para dos grupos de restos muy importantes: las grandes estatuas grecorromanas de la Colección Farnese, procedentes de Roma, y ​​los hallazgos de las excavaciones de Pompeya, Herculano y Estabia, cuya exportación era urgente detener. A estos dos núcleos se añadieron posteriormente otras colecciones, que han ampliado su ámbito hacia otras civilizaciones antiguas, como la egipcia.

Actualmente, el MAN, como se conoce debido a sus iniciales, es famoso en todo el mundo, gracias en gran medida a los restos provenientes de las ciudades sepultadas por el Vesubio. Pero además es una formidable institución cultural que cuenta con una amplia gama de actividades, dirigidas a todos los públicos, con especial atención a los niños, con una renovación constante de las secciones expositivas. Entre las reaperturas más recientes te señalo la de la colección de lápidas e inscripciones, con raros ejemplos de escritura de pueblos de la Italia central y meridional, anteriores a las conquistas romanas.

Esculturas

En cuanto a las esculturas, los dos platos fuertes son dos grupos colosales encontrados en las Termas de Caracalla de Roma, ambos copias romanas de estatuas griegas.

El Hércules Farnesio te muestra al musculoso héroe apoyado en un garrote.

El Toro Farnesio es el mayor grupo de mármol encontrado intacto perteneciente a la época clásica: representa el suplicio de la pérfida Dirce, condenada por su crueldad a ser pisoteada por un toro.

En la sección de retratos de personajes célebres no te pierdas el conmovedor bajorrelieve funerario con Hermes, Eurídice y Orfeo. Ilustra el mito de Orfeo, que trata en vano de traer de vuelta a la Tierra desde los Infiernos a su amada Eurídice: el relieve habla de la inevitabilidad de la despedida, con extrema elegancia, pero también con profunda tristeza.

CURIOSIDAD: cuando se descubrió la estatua de Hércules Farnesio, le faltaban algunas partes. Guglielmo della Porta, discípulo de Miguel Ángel, le esculpió las dos pantorrillas. Luego se encontraron las originales, que finalmente se reincorporaron a la estatua. Aunque en la pared situada detrás del Hércules aún puedes ver las dos pantorrillas esculpidas por Guglielmo della Porta, expuestas en señal de agradecimiento.

Objetos pompeyanos

Como puedes imaginar, las excavaciones de las ciudades del Vesubio, que fueron iniciadas por los Borbones a mediados del siglo XVIII, han modificado radicalmente nuestra comprensión del mundo antiguo, ofreciéndonos una extraordinaria cantidad de objetos de uso cotidiano, a menudo de sorprendente diseño y modernidad.

El museo en el que te encuentras es sin duda la colección más importante del mundo de objetos procedentes de las casas de los antiguos romanos, y lo ideal sería que lo visitases inmediatamente después de haber estado en las ruinas de Pompeya o Herculano. Es una experiencia sorprendente y conmovedora: la vida diaria, fijada por la tragedia de la devastadora erupción del 24 de agosto del 79, y reconstruida gracias a testimonios que van desde grandes obras de arte a pequeños objetos de la vida doméstica y de la ciudad.

Comienza por la sección de pintura: como te he contado en los archivos dedicados a Pompeya, entre los siglos XVIII y XIX las escenas y decoraciones se «arrancaron» de las ruinas con criterios que tal vez hoy no seguiríamos, aunque la galería sigue siendo igualmente emocionante. Si prestas una especial atención a las naturalezas muertas, es decir, las composiciones con objetos, frutas o piezas de caza, verás que son de un realismo que llega incluso a la ilusión óptica, y que no volverás a encontrar en el arte occidental durante casi 1.500 años.

Hay salas especiales dedicadas a la reconstrucción de edificaciones completas, como la Villa de los Papiros de Herculano, excavada entre 1750 y 1761, o el Templo de Isis de Pompeya, que es un importante testimonio de la difusión de los cultos orientales en la Roma imperial. De este increíble complejo proceden los rollos de papiro carbonizados que lentamente se están desenrollando y restaurando, en un intento por salvar los escritos. Admira la serie de estatuas de mármol y bronce, que hacían de esta residencia un auténtico museo: retratos de pensadores y filósofos, animales plenos de intensidad y la carrera de dos extraordinarios atletas son sin duda algunas de las obras más admiradas del museo.

Otra impresionante sección es la de las vajillas de plata, hay incluso servicios completos y muy elegantes: el de la Casa de Menandro de Pompeya cuenta con nada menos que ¡115 piezas!

CURIOSIDAD: el museo posee alrededor de 2.000 objetos preciosos, entre gemas talladas de ágata, amatista, ónice, alabastro y otros materiales, así como refinados artículos, prodigiosos por su virtuosismo, como el llamado Jarrón azul y la Copa Farnesio. ¡Esta última está considerada como el camafeo más grande del mundo!

Mosaico de Alejandro

Por desgracia, no queda ninguna obra de los grandes pintores de la antigüedad. Debemos contentarnos con sus nombres, como Zeuxis o Parrasio, y con las descripciones de sus obras y de las técnicas que utilizaban. Una de estas técnicas consistía en disponer sobre un lecho de cemento muchas teselas pequeñas del mismo tamaño, para formar un mosaico similar a una alfombra en el centro del suelo.

De esta forma de «pintura de piedra» puedes ver algunos ejemplos en Pompeya, especialmente en la Casa del Fauno, de la que proceden numerosos paneles y una obra de grandes dimensiones, el famoso mosaico que representa la victoria de Alejandro Magno en la batalla de Issos.

Lo que es seguro es que este mosaico se realizó en el siglo I antes de Cristo; la representación de la batalla mide más de cinco metros de ancho y se compone de alrededor de cuatro millones de teselas de piedra caliza. A pesar de ser una copia romana, y de estar destinado a servir de pavimento, este mosaico te permite intuir qué aspecto tendría una gran pintura mural griega.

El dramático enfrentamiento culmina en la expresión de pánico del rey persa Darío, con los ojos desorbitados e incrédulos. Con abrumador impulso, Alejandro, retratado de perfil, lo persigue, mientras todo su ejército se desbanda. La psicología de los personajes se reconstruye a través de una serie de recursos geniales: el deseo de escapar de Darío se ve reforzado por el movimiento de las lanzas, que van no obstante alejándose, mientras que el auriga fustiga desesperadamente a los caballos para escapar.

También de la Casa del Fauno procede el famoso mosaico que representa un gato intentando cazar una perdiz. Mira con qué realismo está retratado el animal al acecho, con los ojos brillantes y fijos en su presa: el pequeño tamaño y la finura de las teselas dispuestas en filas te permiten admirar con increíble precisión la actitud del felino, las franjas del pelaje e incluso los pelos erizados del lomo y la cola.

CURIOSIDAD: la erupción del Vesubio duró en total 25 horas, durante las cuales el volcán expulsó cerca de mil millones de metros cúbicos de lava.

Termina aquí nuestra visita al Museo Arqueológico Nacional.

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